Aunque dentro de la limpieza de cristales, podemos englobar las técnicas fijándonos es diferentes cuestiones, la clasificación más básica que podemos hacer y de la que vamos a hablar hoy se basa fundamentalmente en el tipo de tamaño de los cristales que vamos a limpiar, de este modo, podemos diferenciar dos casos: la limpieza de cristales de gran tamaño y la limpieza de cristales de tamaño medio pequeño:
Limpieza de cristales de grandes dimensiones
El primer paso en la limpieza de cristales de grandes dimensiones es humedecerlos con agua y jabón, con la ayuda de un cepillo lavacristales. Es importante comenzar frotando desde la zona superior e ir bajando en zigzag.
Método de limpieza 1:
Colocaremos la rasqueta en la parte superior izquierda del cristal, y sin presionar mucho contra el cristal, desplazaremos recto hacia la parte inferior. Nuevamente colocaremos la rasqueta en la parte superior, pero esta vez un poco más hacia la derecha y repetiremos el proceso hasta completar la limpieza del cristal.
Método de limpieza 2:
El procedimiento es similar al método 1, pero en esta ocasión, en lugar de desplazar la rasqueta de arriba abajo, lo haremos de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, es decir, con movimientos continuos.
En el empleo de estas dos técnicas es importante ir escurriendo la rasqueta cuando sea necesario, para evitar manchar con gotas lo que estamos limpiando.
Limpieza de cristales de tamaño medio o pequeño
Las técnicas de limpieza de los cristales de grandes dimensiones pueden aplicarse también a los cristales de tamaño medio o pequeño, pero para éstos utilizaremos rasquetas de mano, del tamaño adecuado.
Por otro lado, la diferencia principal radica en que para humedecer los cristales no necesitamos hacer uso de la raqueta, sino que podemos emplear un paño o simplemente pulverizar directamente el producto de limpieza sobre el cristal.
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