Limpiar los cristales de las viviendas es importante para que éstos cumplan con su principal función, que es dejar pasar la luz, y también, obviamente, por una cuestión de estética. Realizar esa limpieza de cristales no es difícil, aunque no está de más seguir unos cuantos consejos prácticos.
Cómo realizar la limpieza de cristales
Para empezar, hay que entender que la limpieza de cristales es, en la mayoría de los casos, una tarea engorrosa que nos va a llevar un buen rato si queremos que los resultados sean buenos. Y, dado que los cristales suelen estar colocados en puertas, ventanas y otros elementos móviles, el primer paso es asegurarse de que no se mueven mientras los limpiamos.
Para ello, en caso de que se trate de ventanas lo recomendable es sacarlas de las guías o las bisagras, mientras que si se trata de puertas se puede optar por mantenerlas cerradas para poder aplicar algo de presión sobre el cristal.
Una vez solucionada la cuestión de la movilidad, podemos proceder a aplicar algunos tips:
- Papel de periódico: uno de los principales problemas de limpieza en lo que a cristales se refiere son las pelusas que sueltan los propios paños de limpieza, por lo que es mejor usar papel de periódico.
- Vinagre: el vinagre es una solución de limpieza muy buena. Para los cristales, lo mejor es aplicarlo en una solución con agua al 50% aplicada con un spray. La misma eficacia se puede conseguir con amoníaco y agua. En ambos casos, basta con aplicar el producto, dejar actuar unos segundos y retirar con la ayuda de papel de periódico.
- Almidón: si la ventana se encuentra en un lugar sombreado o se puede quitar de su ubicación para limpiarla, el almidón puede ser una buena solución. Una cucharadita de almidón disuelta en agua bastará. También hay quien prefiere usar directamente un trozo de patata para acabar con la suciedad, aunque ese sistema no siempre funciona tan bien.